Zhuang Zi - La antorcha del caos y de la duda


Zhuang Zi - La antorcha del caos y de la duda


La antorcha del caos y de la duda: es con ella que se guía el sabio. Entonces no usa las cosas sino que relega todo a lo constante. Esto es lo que significa usar claridad.

Aquí haré una aseveración. No sé si se ajusta a la categoría de aseveraciones de otra gente. Pero se ajuste a ella o no, obviamente a alguna categoría se ajustará. Así que en ese sentido no se diferencia de otras aseveraciones. Permítanme, de todos modos, hacer mi aseveración. 

Hay un comienzo. Hay un aún no comienzo que comienza. Hay un aún no comienzo que aún no comienza a ser un comienzo. Existe el ser. Existe el no-ser. Hay un aún no comienzo de ser no-ser. Hay un aún no comienzo que aún no comienza a ser no-ser. De pronto está el no-ser. Pero cuando se trata del no-ser, yo no sé, cuál es realmente el ser y cuál el no-ser. Acabo de decir algo. Pero no sé si lo que acabo de decir realmente ha dicho algo o no ha dicho nada.

Nada hay en el mundo que sea más grande que la punta de un pelo otoñal, y el Monte T’ai es diminuto. Nadie ha vivido más que un niño muerto, y P’eng-tse murió joven. El Cielo y la Tierra nacieron junto conmigo, y los diez mil seres son uno conmigo.

Ya nos hemos convertido en uno, ¿cómo podría entonces decir algo? Sin embargo acabo de decir que somos uno, ¿cómo podría entonces no haber dicho nada? El uno y lo que dije acerca de él suman dos, y dos más el original suman tres. Si seguimos así, ni el matemático más inteligente podría decir dónde terminaríamos, mucho menos un hombre común. Si al pasar del no-ser al ser llegamos a tres, ¿adónde llegaremos si pasamos del ser al ser? ¡Mejor no moverse y dejar que las cosas sean!

El Tao jamás ha conocido fronteras; el discurso no tiene constancia. Pero al reconocer un esto, empezó a haber fronteras. Permítanme decirles qué son las fronteras. Hay izquierda, hay derecha, hay teorías, hay debates, hay divisiones, hay discriminaciones, hay emulaciones, hay contenciones. Estas se denominan la Ocho Virtudes. Con respecto a lo que hay más allá de los Seis Reinos, el sabio admite su existencia pero no teoriza. Con respecto a lo que hay dentro de los Seis Reinos, teoriza pero no debate. En el caso de La primavera y el otoño, el registro de los anteriores reyes de tiempos pasados, el sabio debate pero no discrimina. Entonces, los que dividen no dividen; los que discriminan no discriminan. Se preguntarán qué es esto. El sabio abraza las cosas. Los hombres comunes discriminan entre sí y hacen desfilar sus discriminaciones ante los demás. Entonces yo digo, los que discriminan no ven.

El Gran Tao no tiene nombre; las Grandes Discriminaciones no se exteriorizan; la Gran Benevolencia no es benevolente; la Gran Modestia no es humilde, la Gran Osadía no ataca, Si el Tao se aclara, no es el Tao. Si las discriminaciones se ponen en palabras, no alcanzan. Si la benevolencia tiene un objeto constante, no puede ser universal. Si la modestia es fastidiosa, no puede confiarse en ella. Si la osadía ataca, no puede ser completa. Estos cinco son redondos, pero tienden hacia el cuadrado.

Zhuang Zi
Capítulo 2